Discurso de la directora de la película “El pacto de Adriana” para el International Documentary Film Festival Ámsterdam - IDFA
La Directora chilena Lissette Orozco, creadora del documental El Pacto de Adriana, nos comparte su discurso en el marco del International Documentary Film Festival Ámsterdam – IDFA 2019. Un Texto que dialoga con la pertinencia de su película en relación con los hechos que tienen a Chile en una de las crisis más complejas de su historia reciente.
Por Lissette Orozco.
Queridos espectadores,
Cinco años nos demoramos en hacer El pacto de Adriana. Fue un viaje personal donde viví una lavadora de emociones y tuve que decidir si traicionar a mi familia o a mi misma. Decidimos como equipo hacer una película responsable, con la misión de aportar conocimiento y memoria a las nuevas generaciones y así no repetir la historia.
Hoy en Chile estamos viviendo momentos difíciles donde lamentablemente se repite la historia y es algo que no imaginamos que iba a venir. Un alza al valor del pasaje del transporte público hizo reventar nuestro país, la gente no quiere más abusos por el actual sistema económico impuesto en la dictadura de Pinochet. Chile despertó y grita con fuerza DIGNIDAD. Nuestro gobierno en respuesta a una petición pacífica liderada inicialmente por estudiantes de colegios, nos declara la guerra y saca al ejército a las calles para atacar a su propio pueblo desarmado.
Hasta hoy, más de 2.000 personas heridas, muchas fueron detenidas durante marchas pacíficas, luego torturadas y violadas sexualmente. Han muerto 23 personas y hay más de 200 personas que han perdido sus ojos por disparos de perdigones por parte de policías y militares de Chile.
Cuando hablaba con mi tía (la protagonista de mi documental), ella decía que en la dictadura militar había una supuesta guerra civil, negó lo perverso que fueron los militares y me quiso convencer que nuestros valientes soldados nos salvaron de los terroristas y comunistas. Hoy en día siento que toda su teoría se termina de caer, ya que ahora existen cámaras de celulares y podemos ver cómo la televisión miente, cómo la policía y los militares hacen montajes para poner al pueblo en contra del pueblo y violan los derechos humanos sistemáticamente, a la vista de todos. En este momento no me queda ninguna duda que en esa época, los que trabajaron para Pinochet, fueron mucho peor.
Hoy mi tía está en la cárcel en Australia, donde merece estar, y espero que todos los criminales tanto de la dictadura de Pinochet como del actual gobierno de Sebastián Piñera terminen ahí.
Si no hay verdad, no hay justicia, ni reparación.
Así no nos reconciliación.
Un abrazo grande de esta desobediente.
Lissette Orozco.
VER PELÍCULA.
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